LIFE REMINDERS


En medio del ruido, las notificaciones, las agendas llenas y las exigencias externas, a veces se nos olvida lo más esencial:  nosotros mismos. 

Vivimos corriendo, respondiendo, resolviendo. Pero ¿cuándo fue la última vez que te detuviste solo para conectar y ser consciente?

Este artículo no busca darte respuestas mágicas ni fórmulas para la felicidad. Solo queremos invitarte a recordar la importancia de parar. Y que mejor momento que ahora en las vacaciones de verano.

Hacer una pausa. Reconectar con lo que eres más allá de lo que haces. 

Y, como expertas en decoración, cuando hablamos de volver a nosotros, también hablamos de volver a un lugar físico y emocional: nuestro hogar. 


Tu hogar es tu refugio. Una extensión de ti. Un espacio que habla de lo que eres, de lo que amas, y de lo que necesitas recordar.

Cada rincón que eliges decorar no es solo una cuestión estética: es una oportunidad para crear paz. Una luz cálida, una textura natural, una pieza hecha a mano… pueden ayudarte a reconectar. 

En un mundo de producción en masa, optar por lo artesanal es un acto consciente. Es elegir lo humano, lo imperfecto, lo único. Es traer a tu espacio objetos que cuentan historias, que han sido creados con intención y con manos reales.
Cuando tu entorno tiene alma, tú también te sientes más conectado. Y es que el acto de decoración también es un acto de autocuidado.

No se trata de llenar el espacio, sino de llenarlo de sentido. A veces una sola pieza colocada con la intención de transformar toda una estancia. Un cabecero desenfundable, un plaid acolchado al pie de la cama, cojines decorativos neutros o una colcha ligera de lino 100%...

Menos ruido, más verdad.